Un filme político, por favor

La alteridad, el paso por la experiencia, ese morder la manzana sin necesitar la tentación de la serpiente; el cuerpo, la autorreferencia; los espacios invisibles ¿la familia por dentro?, los roles bien a la vista. El documental como inscripción-verdad. Y el viaje: el próximo que coge la distancia justa para retornar transformado en producto de la ‘industria de la conciencia’. El cine político con su expresión más persistente en el film-documento: Camino de Guantánamo, de Michael Winterbottom. Y como fuente de animación el cine político de los sesenta.