El Paradigma Mercantil en la Generación de la Cultura Mediática: Experiencia vs. Consumo
La generación de la cultura mediática más reciente a la manera de un enorme mosaico, señala a los medios de comunicación y, más ampliamente, a las industrias culturales, como sus principales artífices. El entramado cultural resultante responderá a una serie de características que analizamos, tales como la segmentación, la escisión, la desconexión y la incoherencia, pero también la tendencia a la homogeneización de lo generado. En este sentido, ya la denominada cultura de masas habría propiciado el consumo a gran escala de idénticos eventos e idénticas propuestas. Por su parte, en la que ahora llamamos cultura de consumo, se apreciará una tendencia a personalizar la oferta, al incremento del interés por la tecnología y al establecimiento del patrón del consumo como forma de relación con la producción cultural. Una relación alejada, pues, del modelo comunicativo y alejada también de la experiencia estética que propiciara el arte.
A partir de ahí, toda una serie de consecuencias habrían sobrevenido: la mercantilización de la identidad cultural o la pérdida de la referencia al espacio físico como espacio socializado, entre otras. Y todo ello, como síntoma inequívoco de un proceso en el que las lógicas económicas habrán tomado el control del ordenamiento político, así como de los sistemas culturales. Entre tanto, se habrá perdido cualquier función de la cultura al margen de su capacidad de fruición, en concreto, se habrá perdido su condición de esfera para la inscripción del sujeto, de la subjetividad, esa entidad que puede hallarse más allá del individuo con carácter ideológico, con estatuto socioeconómico, con identidad ciudadana. Se apreciará, entonces, la devastación de lugares para la inscripción de la subjetividad, para su supervivencia, sin que como cultura, los occidentales, hayamos ofrecido resistencia alguna, y así, habremos relegado la conformación subjetiva a un segundo plano, en favor de la conformación material, la más burda, la que más nos aproxima al principio de supervivencia, a la naturaleza, a cierto grado de animalidad.