Documentalismo fotográfico contemporáneo
Da inocencia á lucidez
Hubo un tiempo, el tiempo del lenguaje universal, en que la foto se presentaba como el registro de la verdad a secas. Después vinieron los géneros del realismo, el documental, el reportaje, y la foto pasó a la prensa y pasó a lo creible. Mientras, se clasificó lo sublime y también la belleza en consonancia sólo con el genio creador, con el fotógrafo artista, en la línea purísima que aleja vida en corto y alta costura en el ideario burgués. Hasta que fue imposible ocultar el papel de los Mass Media en la construcción de las reglas de significación. Entonces el fotógrafo se desprendió de la obsesión objetiva, observó lo real como ficción, miró para si mismo como parte del juego, echó mano de todos los códigos y de todos los tics de su tiempo, de su historia y de su álbum de contradicciones, entrando por mil y un caminos a definir las convenciones mórbidas y contemporáneas del documentalismo fotográfico.