Diáspora e experiencia migratoria desde a proposta anovadora dun Novo Cine Galego
La emigración como experiencia de vida, mas también como nostalgia y como herida, conforma el universo semántico de dos películas que buscan conseguir la representación de lo que está construido con la materia de lo inefable: los tránsitos vitales, la expresión de las emociones, el aprendizaje del tiempo. Esta es la propuesta de Vikingland (Xurxo Chirro, 2011) y de A cicatriz branca (Margarita Ledo, 2013), dos títulos que, si bien con ciertas reticencias en el caso de Ledo, se insieren, además, en el autoproclamado Novo Cine Galego, un fenómeno audiovisual que empuja por sumarse a las corrientes cinematográficas contemporáneas. Este texto propone un análisis, por separado y también en diálogo, de un documental y una ficción que presentan escrituras fílmicas construidas en sucesivas capas de sentido. Un mismo relato de la experiencia de la diáspora en modelos divergentes y sobre coordenadas alejadas en el tiempo y en el espacio: el aliento épico en que se sumerge el discurso de lo cotidiano, en Vikingland, y la representación de la herida emocional a través del juego con la gestualidad, en A cicatriz branca.